¿Cómo potenciar tu inteligencia emocional?

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Los estudios de las principales empresas sobre las causas de que algunos empleados tengan mucho más éxito que otros indican que «la inteligencia emocional es dos veces más importante que el coeficiente intelectual [y] la habilidad técnica juntas». Además, según Daniel Goleman, autor del libro La inteligencia Emocional. Cuanto más se asciende en el escalafón, más importante es la Inteligencia Emocional. Entonces, ¿De qué trata esta habilidad? ¿Y cómo se puede conseguir?

La definición de inteligencia emocional de Goleman

Goleman dice que la Inteligencia Emocional no significa «ser amable». De hecho, a veces puede requerir que seas franco sobre las verdades que otros quieren evitar. La Inteligencia Emocional no puede reducirse a una sola característica o comportamiento. Goleman explica que se trata de un espectro de competencias que representan «cómo nos gestionamos a nosotros mismos y… nuestras relaciones». Eso es bastante amplio. Afortunadamente, lo desglosa en cinco áreas clave: -Conocimiento de sí mismo (conocimiento de sus sentimientos, motivos, puntos fuertes y débiles, etc., así como de la forma en que afecta a los demás). -Capacidad para gestionar las emociones (por ejemplo, mantener la calma en situaciones de estrés, no dejar que las emociones negativas le hagan descarrilar, evitar decir cosas de las que luego se arrepienta). -Motivación (es decir, capacidad para tener iniciativa propia y mantenerse centrado en los objetivos a lo largo del tiempo, incluso cuando aparecen obstáculos). Empatía (es decir, capacidad de «leer» a las personas y entender lo que sienten). -Habilidades sociales (es decir, capacidad para establecer relaciones y gestionar conflictos). 5 consejos para mejorar la Inteligencia Emocional La Inteligencia Emocional se puede aprender. Sin embargo, potenciar la Inteligencia Emocional es difícil. Lleva tiempo: según Goleman, al menos de tres a seis meses. Hay que querer hacerlo. Elija los consejos que le parezcan más adecuados, teniendo en cuenta que son sólo cinco de los muchos enfoques posibles. 1. Pida regularmente su opinión. Los estudios demuestran repetidamente que la mayoría de nosotros somos mucho peores en la autoevaluación de lo que creemos. Como explica el profesor de psicología de Cornell, David Dunning, en esta entrevista de NPR: «Aplicamos un gran giro positivo a las pruebas que recibimos sobre nosotros mismos». Dunning continúa diciendo que quienes nos rodean, como los supervisores y los compañeros, suelen ser mucho mejores para calibrar nuestros puntos fuertes y débiles.  Haz una lista de lo que escuchas y observa los patrones. Hacer esto con regularidad te ayudará a centrarte en la verdad y a ser más consciente de ti mismo. Además, probablemente te ayudará a fortalecer tus relaciones laborales, ya que muchas personas aprecian que se les pida su opinión (es una señal de respeto). 2. Haz una lista de tus «desencadenantes» emocionales y crea un plan para gestionarlos. ¿Qué le molesta? Quizá sea la gente que pone excusas, las reuniones que se alargan o los platos sin lavar que se acumulan en la cocina común. Haz una lista de estos desencadenantes y luego piensa en cómo te hacen actuar normalmente.Probablemente no vas a dejar de sentirte enfadado o molesto por ellos, y eso está perfectamente bien.  Por ejemplo, si sabes que una de tus compañeras de trabajo tiende a quejarse contigo -y que tú tiendes a ser cortante con ella porque te saca de quicio-, podrías decidir concentrarte en respirar, contar hasta 10 y luego parafrasear lo que dice la próxima vez que se queje. Puede que incluso descubras que se vuelve menos negativa si siente que la escuchan, en lugar de juzgarla. 3. Practica tu capacidad de escucha y observación. Cuanto mejor comprendamos a los demás, más fácil será empatizar con ellos y resolver los conflictos. No es de extrañar, pues, las personas con mucha Inteligencia Emocional tiendan a ser increíbles oyentes y observadores.
  • Prueba las siguientes tácticas:
  • No interrumpas.
  • Si escuchas algo que te confunde o te molesta, profundiza con preguntas como»¿Puedes decir un poco más sobre por qué piensas eso?» y «¿Qué más?».
  • Observa con atención el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
4. Alinea tus objetivos con lo que te motiva. Las personas emocionalmente inteligentes tienen un gran conocimiento de lo que les entusiasma y les motiva, y son capaces de aprovechar ese conocimiento para encontrar trabajos adecuados para ellos, así como para mantenerse centrados y comprometidos a lo largo del tiempo. ¿Sabes por qué has aceptado el trabajo que tienes y qué esperas conseguir, para ti,para tu equipo y para tu empresa? 5. Muestre aprecio genuino por los demás. Esta es una pequeña cosa, pero totalmente infravalorada, que cualquier persona -introvertidos, extrovertidos y todos los demás- pueden hacer para mejorar sus habilidades sociales. La gente tiene una profunda necesidad de sentirse valorada.Nunca subestimes el poder de un cumplido sincero, un agradecimiento o la oportunidad de dar crédito a quien lo merece.